Y las rodillas hicieron crash (Nueva web)

domingo, 29 de marzo de 2009

12 dias sin correr y de postre una carrera

Entre el trabajo, compromisos familiares y un viajecito a Sevilla aprovechando el puente del 19 de marzo, he estado doce largos días sin darle a la zapatilla, desde el 15 de marzo hasta este viernes que se me ocurrió salir un rato al volver de trabajar, a eso de las 4 de la tarde, para no presentarme el domingo a la Intercampus con tan ridículo bagaje de kilómetros. La verdad es que no tenía mucho tiempo porque a las 5 y media tenía que reunirme con mi pareja, mis hijos y un montón de niños más para hacer una celebración adelantada del cumpleaños de mi hija con sus amigos. Es decir que tenía menos de hora y media para correr algo, ducharme y comer.

Para colmo la temperatura era demasiado alta para mí, yo desde luego no estoy hecho para aguantar 25º cuando aún nos encontramos en marzo, así que con todos los elementos en contra, es decir un agujero, o tal vez habría que llamarle socavón, en el estómago, el calor agobiante y la falta de tiempo que me hacía ir bastante estresado me calcé las zapatillas y me fui al parque vecino a dar unas cuantas vueltas.

Supongo que con más tiempo me hubiera planteado una salida de unos 7 u 8 kilómetros a un ritmo cómodo cercano a los 6' pero como no era el caso tuve que optar por hacer unos 5 km alternando vueltas de 1 km por el perímetro del parque a un ritmo fuerte, con vueltas de medio kilómetro a un ritmo suave para recuperar. Al final fueron 4 vueltas largas a ritmos que iban de poco más de 5 minutos a 5 y medio y tres vueltas cortas a ritmos que estuvieron entre poco más de 6 minutos hasta un poco menos de 7 minutos, en todos los casos yendo de más a menos :( para un total de 5 kilómetros y medio en 31 minutos y medio.

Con ese panorama me presenté el domingo a la Intercampus, que encima esa noche teniamos cambio de hora lo que suponía dormir una hora menos, y unido a que el sábado por la noche tuve reunión familiar hizo que me levantara tras haber dormido solo 6 horas, muy poco tiempo para mi avanzada edad.

Un poco antes de las 9 (la carrera empezaba a las 10) me fui hasta la salida para coger chip y dorsal y como me sobraba tiempo decidí emplear el calentamiento en volver corriendo otra vez a mi casa y dejarles la botella de la bebida para que me la dieran cuando pasara por allí, ya que la idea es que se acercaran al kilómetro 2, que estaba al lado de mi casa, y cuando me vieran pasar se cogieran el metro hasta Leganés para ver el final, teniendo en cuenta mi lentitud les daría tiempo de sobra a llegar antes que yo completara los restantes 8 kilómetros.

Un par de semanas antes había pensado en que podía intentar bajar el tiempo que hice en el Trofeo Edward el pasado septiembre, lo que significaba hacer una media inferior a los 5'15'' el kilómetro, pero teniendo en cuenta lo que no había corrido en esas últimas dos semanas decidí desechar esa idea y pensé que un objetivo algo más razonable podía ser buscar la barrera de los 55 minutos.

Con esa idea me planté en la zona de calentamiento y tras estirar un poco me coloqué en la última fila, bueno tal vez no se puede decir que fuera el último porque a mi izquierda y a mi derecha había algunos más que estaban en la misma línea imaginaria, pero desde luego por detrás ya no había nadie.

Sobre las 10:00 empezamos a movernos y como luego comprobé al comparar el tiempo con el del cronómetro que iba en el coche que abría la carrera debí pasar por el arco de salida con dos minutos de retraso sobre la cabeza, o dicho de otro modo, cuando yo empezaba la carrera los primeros debían haber superado ya los dos tercios del primer kilómetro.

A pesar de la gran aglomeración de corredores (había más de 2000 personas corriendo) pude empezar a correr sin que tuviera que frenar el ritmo y casi siempre se podía encontrar huecos por los que ir adelantando sin llegar a molestar.

El primer kilómetro lo pasé en 5'25'', es decir un poco más rápido del ritmo de 5 y medio que debía llevar para lograr el objetivo y como me sentía bastante ligero incrementé un poco el ritmo, espoleado también por la cercanía de mi familia. Nada más entrar en Juan de Borbón me crucé con la cabeza de carrera que subía por el otro sentido de la calle. Según bajaba, un poco antes del estadio ví a los tres que esperaban en la acera de subida y tras hacerles unos gestos con la mano para que me vieran continué bajando hasta la siguiente rotonda donde dabamos la vuelta y regresabamos por la misma calle. Un poco después pasé el kilómetro 2 en 10'45'' y unos metros más recogí el avituallamiento y me despedí de los críos y mi pareja hasta la meta.

Hasta el kilómetro 6 mantuve el mismo ritmo, segundo arriba segundo abajo, pasando en 32 minutos, un poco antes, nada más pasar el kilómetro 4 tuvimos que superar la primera cuesta seria, en cuanto a pendiente aunque no en cuanto a distancia, ya que se subía el puente que cruzaba por encima de la carretera de Toledo y que conducía hasta El Bercial.

En los dos kilómetros siguientes, hasta el 8, subí ligeramente el ritmo pasando por este último en 42 minutos y medio y empecé a pensar que la marca del Trofeo Edward podía estar a mi alcance, únicamente tenía que hacer los últimos dos mil metros en un poco menos de 10 minutos, algo que ya hice en la carrera de septiembre, pero no contaba con que la ligera pendiente hacia arriba que había comenzado más o menos en el kilómetro 7 y que no terminaría hasta el final, me iba a hacer mella.
Ese kilómetro ví que ya no marchaba nada bien y cuando momentos antes me veía con margen para aumentar el ritmo, en esos momentos me di cuenta que ni siquiera era capaz de mantenerlo, así que me olvidé de intentar bajar de 52 y medio y me agarré a la idea que salvo una desgracia el objetivo inicial de los 55 minutos estaba conseguido de sobra.
Por el kilómetro 9 pasé en 48 minutos lo que daba un último parcial de 5 minutos y medio, que era claramente el peor de toda la carrera. A mitad del último kilómetro noté que empezaba a recuperarme un poco, no mucho, pero sí lo suficiente para aumentar el ritmo y entrar en línea de meta casi esprintando, no sin antes haber "posado" para unas fotos que mi pareja me hizo a falta de 100 metros.
Al final 53 minutos y 20 segundos (55' 25'' tiempo bruto) que es mucho mejor de lo que esperaba, pero mucho peor de lo que había llegado a soñar tras el desarrollo de los 8 primeros kilómetros.

Después le tocó el turno a los niños, que aprovecharon para inscribirse allí mismo en las categorías infantiles, así que me cambié de lugar y me puse tras las barreras para verles correr a ellos.

Al final nos volvimos los 4 en el metro yo con un powerade de color rojo que no tengo muchas ganas de probar su sabor y una camiseta blanca de Diadora (otra más para la colección) y los niños con un par de polos azules con una inscripción de la carrera y en el cuello dos medallas por participar, que sin duda fue lo que más les gustó.


Estadísticas del 27 de Marzo:

  • Distancia (metros): 5555
  • Tiempo total: 31:27
  • Ritmo (min/km): 5:40

Estadísticas del 29 de Marzo (Intercampus):

  • Distancia (metros): 10000
  • Tiempo total: 53:20
  • Ritmo (min/km): 5:20

martes, 17 de marzo de 2009

Amago de cante jondo

Ultimamente tengo bastante abandonado el blog, pero es que desde que me he enterado que los días solo tienen 24 horas no me queda tiempo para nada; así que como voy con prisa voy a poner un breve, más bien fugaz, resumen de mis últimas salidas.

El día internacional de la mujer salí por la mañana a retomar mi trote cochinero, lo de cochinero nunca he llegado a saber si hacía alusión al olor que va dejando mi sudor o se refiere a otra cosa.
Al poco de empezar, y a pesar de ir corriendo por suelos blandos, camino y hierba, empecé a notar que la rodilla derecha empezaba a cantar con sus típicos acordes estridentes, yo no se cantar así que no le puedo pedir a mis rodillas que sean capaces de entonar una melodía sin desafinar, aunque ya que estaban cantarinas preferiría que en lugar de salir con coplas flamencas entonaran algún tema de Peter Gabriel, y si el inglés se les da tan mal como a mí pues me podría conformar con algún tema de Platero, Barricada o Rosendo, pero no, no estaban por la labor, así que me tocó aguantar algunos fandangos bastante desafinados, por suerte era yo el único que escuchaba semejante estropicio.
Aunque la molestia no desapareció tampoco fue a más, por lo que seguí corriendo aumentando ligeramente el ritmo hasta llegar a los últimos 1500 metros a poco más de 5 min/km; como la rodilla me tenía un poco mosqueado no quise forzar esta vez bajando otra vez de los 5 minutos. Salvo por el runrun de la rodilla la salida fue bastante positiva ya que me encontré muy cómodo durante todo el tiempo y con unas pulsaciones que estuvieron casi todo el tiempo entre las 160 y las 165, lo que para mi acelerado corazón suponía un gran triunfo.
Un rato después me reunía con el resto de la familia y nos encaminamos los cuatro al centro de Getafe para participar en una carrera (más bien marcha o sería más acertado llamarlo paseo) muy corta (de unos dos kilómetros y medio) para celebrar el día internacional de la mujer. Llegamos poco después de las 10 y media y tras recoger el dorsal (sin número porque la carrera no era competitiva) y las camisetas de algodón que acabé guardando en la mochila, nos pusimos a esperar tranquilamente a que dieran la salida, mientras el alcalde y otros políticos oportunistas se hacían la correspondiente foto.
A las 11 y pico dieron la salida y como estábamos por el final nos pusimos a caminar, sí, andar porque trotar era imposible. Al final nos fuimos metiendo por las aceras y pudimos ponernos a trotar un poco, eso sí, con varias paradas porque la cría se había hecho daño en la pierna y le dolía un poco, aunque eso no fue motivo para impedir que los últimos 500 metros los hiciera esprintando.

Durante el resto de la semana no pude salir ningún día, unas veces por cuestiones laborales y otras por compromisos familiares, así que el viernes me encontré inesperadamente con un hueco de una hora más o menos y decidí aprovecharlo por lo que me volví a calzar las zapatillas y salí a arrastrarme por los caminos. En esta ocasión la rodilla se mantuvo en silencio, tal vez ofendida por mi opinión sobre sus gustos musicales, pero el caso es que, salvo un leve ronroneo, como el de un gato, no salió nada más de ella. Ese día resultó bastante soso en cuanto a ritmos de carrera, ya que casi todo el tiempo iba marchando al mismo ritmo (cercano a los 5'40''), practicamente clavandolo en cada kilómetro, aunque eso sí, las pulsaciones iban más aceleradas que el domingo pasado, se ve que a mi corazón le gusta más correr por las mañanas. Al final los últimos mil quinientos metros aceleré un poco pero sin forzar demasiado para dejar al final una media algo superior a los cinco minutos y medio.

Habiendo salido el viernes no iba a repetir el sábado (eso de correr dos días seguidos es demasiado para mí) y además ese día teniamos la segunda y última jornada del campeonato local de ajedrez que lo estaban disputando mis niños y los dos tenían oportunidades de conseguir un trofeo en sus categorías. Al final el pequeño se quedó a las puertas de conseguir el tercer puesto entre los prebenjamines mientras que su hermana se hizo con el primer puesto en la de benjamines, lo que supone que además de tener que buscar sitio en casa para su trofeo, tengamos ya comprometidos los dos últimos fines de semana de abril porque se clasificó para el campeonato provincial de Madrid.

Después del éxito de los niños del día anterior regresé a mi triste realidad de paquete, eso sí un paquete padre de unos campeones de ajedrez, que eso no me lo quita nadie :)
El domingo volví a salir por la mañana y en esta ocasión me encaminé hacia el campo de futbol para correr por los caminos que hay entre el estadio y la M45 y cruzarla luego para irme al otro lado de la vía del tren y así cambiar un poco de aires. Entre el kilómetro 1 y el 2 tuve que modificar el recorrido porque me encontré con una valla que me bloqueaba el paso, por lo que a partir de ese momento dejaron de servirme las referencias kilométricas que tenía almacenadas en memoria. Eso hizo que al no saber la distancia que iba recorriendo me lo tomara con mucha calma, con las pulsaciones por debajo de los 160 y "disfrutando" del árido paisaje y de las colinas de residuos ¿orgánicos? que se acumulaban en algunos puntos del camino. Al final tras pasarme por el Parque de Andalucía para oxigenarme un poco y sobre todo olvidar los vertederos por los que había pasado, regresé hacia el punto inicial subiendo la cuestecilla, para mí muro vertical, que escala por detrás de las gradas del campo de futbol. En este punto las pulsaciones se dispararon por encima de las 170 pero es que parecía que había alguien detrás tirando de mí hacia abajo.

Ahora me esperan varios días de inactividad porque ni hoy ni mañana podré salir a correr y después nos vamos de viaje cuatro días así que hasta la semana que viene, si es que encuentro hueco, no podré volver a patear.


Estadísticas del 8 de Marzo:
  • Distancia (metros): 6500
  • Tiempo total: 35:12
  • Ritmo (min/km): 5:25

Estadísticas del 13 de Marzo:
  • Distancia (metros): 7500
  • Tiempo total: 41:42
  • Ritmo (min/km): 5:34

Estadísticas del 15 de Marzo:
  • Distancia (metros): 8070
  • Tiempo total: 46:52
  • Ritmo (min/km): 5:49

jueves, 5 de marzo de 2009

Cal y arena

Todo lo que sube tiene que bajar, eso es lo que se dice y suele ser verdad. Por suerte en mi caso había empezado a subir muy poco así que la bajada no podía ser muy brusca.

El caso es que este domingo movilicé a la familia y acabé convenciéndolos que ellos se cogieran las bicis y yo iba a su lado corriendo, con la excusa que el pequeño es un poco loco y aún no la maneja bien, sobre todo a la hora de parar. La verdad es que lo que más me costó fue convencer a mi pareja porque llevaba varios años sin pedalear y se le había metido en la cabeza la absurda idea que no iba a ser capaz de mantener el equilibrio, hay que ver lo cabezotas que llegamos a ser los adultos cuando hacemos nuestros algunos miedos irracionales.

Al final salimos los cuatro un poco tarde, a eso de las 11, pero es que mover a los críos nos cuesta un triunfo (normalmente siempre salimos como mínimo una hora después de lo que pensamos). Como el pequeño aún no controla demasiado bien nos fuimos al parque y estuvimos dando unas cuantas vueltas a un recorrido que no tenía curvas muy cerradas. Por supuesto hubo que parar un par de veces para que bebieran algo de líquido (lo de soltarse de una mano para beber aún no entra en sus planes) y casi era lo que peor llevaba, las breves paradas y luego volver a arrancar, porque el ritmo era lo suficientemente tranquilo como para ir bastante relajado.
En la segunda parada, hacia el kilómetro 6, Alberto decidió quedarse con su madre a esperar que Marta y yo dieramos alguna vuelta más, y yo aproveché que la niña va mucho más suelta para pedirla que apretara el ritmo, con lo que los dos últimos kilómetros los hicimos a un ritmo aproximado de unos 5 min/km con sprint incluido en los últimos 100 metros. Ese día terminé bastante bien, y la sensación era que lo mismo que había parado en los 8 kilómetros podía haber seguido varios kilómetros más.

Ayer miércoles tenía intención de salir aprovechando la clase de inglés de Marta, pero me dí cuenta que el cumpleaños de mi pareja es inminente y no había comprado ningún regalo para ella, así que decidí suspender la salida y me fuí de tiendas a hacer lo que tenía que haber hecho hace unos cuantos días, es lo que tiene ser un completo desastre en cuestiones organizativas.

Como este fin de semana no tengo muy claro que pueda salir a correr he aprovechado que hoy mi pareja no estaba con ganas de ir a gimnasia para salir a patear un poco.
Desde el principio he notado que no iba nada bien, y no se trataba de las piernas, simplemente las tripas habían decidido revolverse y me iban a dar la noche. Aunque las piernas respondían y las pulsaciones no se disparaban he estado todo el tiempo con dolores en el vientre que hacían que a cada metro deseara poner fin a la salida y volver a casa.
Por cabezonería (es otro de mis innumerables defectos) he seguido kilómetro a kilómetro pero sin disfrutar en ningún momento. En ocasiones los dolores remitían algo pero en seguida volvían otra vez haciendome la carrera muy incómoda. ¡He llegado a desear que rompiera a llover para así tener la excusa de volverme a casa antes de tiempo! pero el cielo no me ha hecho caso.
Al final 7 kilómetros y medio a un ritmo de 5'40'', más rápido que el domingo pero las sensaciones mucho más negativas.
En fin, confío en que todo se deba a los retortijones de tripas y cuando se pasen volvamos a lo de siempre, es decir a seguir arrastrándome pero con un mayor placer.


Estadísticas del 1 de Marzo:
  • Distancia (metros): 8300
  • Tiempo total: 48:29
  • Ritmo (min/km): 5:51

Estadísticas del 5 de Marzo:
  • Distancia (metros): 7530
  • Tiempo total: 42:33
  • Ritmo (min/km): 5:40